La orfebreria fue una de las primeras manifestaciones artísticas de la historia de la humanidad. Trabajar los metales preciosos, en un principio debido al propio gusto ornamental, se convirtió desde el principio de los tiempos en una de las más reputadas artes gracias al esmero de los orfebres por conseguir las mejores piezas con los más ricos materiales. Todo un arte que va mucho más allá de una profesión.
La plata maciza de primera ley es nuestro material favorito, base para todas las piezas ya sean de joyería o de ornamentación. Cada una de ellas es personalizada o muy personal, elaborada de la forma más artesanal.
La orfebreria y su importancia en la historia
Como herederos de este arte orfebre, te contamos que se trata de una disciplina bien influenciada por cada cultura. En nuestro caso, pasa por las técnicas más occidentales para el trabajo de los metales como el oro o la plata. Un marco o un escenario en el que el puntillado, la decoración incisa, la filigrana, el estampado o el granulado son protagonistas indiscutibles.
La restauración de piezas, los ornamentos o la joyería deben llevarse a cabo con un sello claro que debe ser indispensable en un orfebre: la paciencia. Esta es la cualidad que nos caracteriza en una de las profesiones que más intactas mantienen sus esencias. No podría ser de otra manera.
Somos amantes en especial de la plata maciza por encima del resto de metales, por la belleza y las posibilidades que otorga al orfebre, realizamos también trabajos personalizados. Eso sí, sin que los clientes olviden que el trabajo de un orfebre siempre lleva implícitas unas señas de identidad, las que corresponden a las manos de un artista. Unas huellas invisibles, pero existentes siempre a los ojos más profesionales. Esta circunstancia está presente en todas las disciplinas artísticas.