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La orfebreria en el renacimiento

Orfebrería en el renacimiento

La platería fue una de las artes decorativas más sobresalientes durante el Renacimiento. La orfebreria se desarrolló de forma paralela a la construcción, la escultura y la pintura.

En esta época encontramos nombres tan señalados como Domingo Tienda y Juan de Fuente, de quienes se conservan varias obras religiosas. Entre ellas destacan una cruz y un cáliz de Juan de Fuente, junto con varias cruces procesionales. De Domingo Tienda es la cruz de Torrijo del Campo y la custodia de Villanueva de Jiloca.

Cómo es la orfebrería de plata en el Renacimiento

En el Renacimiento el arte en plata es fundamentalmente religioso y se desarrolló de forma amplia en el País Vasco y Aragón. Los maestros plateros demostraron una maestría y un conocimiento del metal que les valió el reconocimiento en todo el país. Los trabajos son de gran calidad y de una exquisita manufactura, al gusto de la sociedad de la época.

La pieza más representativa de la platería renacentista es, sin duda, la custodia. Se elaboran con profusión de florituras y adornos, a juego con cálices y cruces.

Al comienzo del Renacimiento la orfebrería conserva la estética propia del Gótico. No es hasta la primera mitad del siglo XVI cuando se produce la sustitución de elementos góticos por otros puramente renacentistas. El aspecto más destacado es el torneado de las piezas, la gran novedad con respecto al periodo anterior.

Se reemplazan los trazos poligonales propios del estilo gótico, por trazos redondeados. Si en el primer caso el mazo era la herramienta fundamental ahora es sustituida por el torno. Esta utilización del torno dio lugar a diseños abalaustrados, introducida por el platero Juan Ruiz.

También se sustituyen los diseños florales por grutescos y candelieris sobre fondos punteados, donde se observa una depuración geométrica que irá a más conforme avance el siglo XVI.

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